Si existe una banda con crédito suficiente como para montar conciertos sin material nuevo que presentar, esa es Yo La Tengo. Debido a la extensión y a la excelencia de su discografía, los de Yersey no necesitan excusas promocionales para llenar todo tipo de escenarios allá donde vayan, postulándose como una de las bandas de culto más transversales, en relación al público que arrastran, de todo el panorama rock independiente. Sus últimas actuaciones en la península, durante la pasada primavera, fueron de hecho en esta línea: confeccionando recitales apoyados en los numerosos grandes éxitos de sus discos más valorados. La linealidad, libertad y coherencia compositiva que poseen, así como su infinita y siempre renovada frescura lo hacen posible: Yo La Tengo siempre suenan a viejo y a nuevo a la vez; y ahí radica gran parte de su carisma. En cualquier caso, en esta ocasión sí tienen una excusa promocional para volver a (su amada) España, una buena excusa: Fade (Matador Records, 2013) es, aunque parezca una redundancia implícita, el disco más maduro del trío de Haboken. El matrimonio compuesto por Ira Kaplan y Georgia Hubley, junto con su incansable compañero James McNew, parecen estar entrando en una nueva fase vital distinta, más allá de la adulta, que no hace sino enriquecer aún más la morfología y la historia de la banda. Con una definición más cuidada, aún sin desmerecer las imperdonables dosis de distorsión, puede que haya llegado el momento de ver a Yo La Tengo en una atmósfera más señorial y venerable.