Traemos buenas noticias para todos los que sepan apreciar el mejor rock psicodélico de Andalucía: los sevillanos de Pony Bravo regalan su nuevo disco De palmas y cacería. Siguiendo su tradición, el grupo formado por Daniel Alonso, Pablo Peña, Darío del Moral y Javier Rivera sigue defendiendo el copyleft y han decidido compartir su tercer álbum de estudio con todos su fans a través de la página web de su discográfica, El Rancho. Debido al gran número de descargas, la página se ha caído, por eso os recomiendo bajar un poco más y e ir escuchando el nuevo disco de Pony Bravo en streaming.
La semana pasada pudimos escuchar «El político neoliberal», una satírica canción dirigida a atacar a la clase política española, retratando con un divertido videoclip todos los chanchullos y casos de corrupción que están aconteciendo en nuestro país. Un tema principalmente funk, aunque con muchas influencias del rock psicodélico.
De palmas y cacería llega después de haber publicado dos discos anteriormente, Si bajo de espaldas no me da miedo (2008) y Un gramo de fe (2010). Una discografía bastante fructífera, con la que se han labrado un estilo propio y muy reconocible: música híbrida, reivindicativa y plagada de referencias la música popular española. Reconocen que se han criado escuchando a artistas como Enrique Morente, The Doors, Triana, Talking Heads, Lee Perry, Fela Kuti y The Clash. Referentes musicales muy variados, aunque como ellos mismo reconocen, su música tiene poco que ver.
La primera escucha nos basta para darnos cuenta que es un buen disco, que entra con mucha facilidad. Además, siguiendo la línea de «El político neoliberal», todas las canciones están muy relacionadas con la realidad de España. Imposible no dibujar una sonrisa con la frase «Lo que pasa en Eurovegas, en Eurovegas se queda«, o con la sutil ironía sobre las discotecas ibizencas en «Ibitza» o sobre la industria musical en el pseudo-rap «Mi DNI». Os pueden agradar más o menos, pero, desde luego, se agradece que existan grupos con una filosofía propia, que hacen la música que les gusta sin ataduras y que apuestan por salir adelante trabajando con Creative Commons.
fuente: cucharasonica