Cuándo comenzasteis a actuar como Piccolísima Jug Band y cómo os conocisteis? Fue en verano de 2009. Antonio Fernández, había compartido escenario con Antonio Álvarez en su proyecto en solitario. A su vez Antonio Fernández conocía a Patricio Caparrós. Los tres nos juntamos, como el que no quiere la cosa, a echar unos ratos de guitarreo un verano, en tardes de asueto,… y empezamos a tener buenas, buenísimas vibraciones, así hasta hoy.
En vuestra primera referencia “Swing Juice” el repertorio se componía de versiones exclusivamente, ¿qué os ha impulsado a incluir canciones propias en vuestro segundo disco? Creemos que es la evolución natural de un músico, intentar digerir lo aprendido, y darle la impronta propia. En la banda todos, en mayor o menor medida, tenemos actitud y aptitud creadora. Era solo cuestión de tiempo que introdujéramos material propio
Las cuatro versiones elegidas para “Aquí venimos a pasarlo bien”, vuestro segundo trabajo, ¿están ahí por algún motivo especial? Son canciones que nos gustan, se han probado en directo y han respondido, tanto público como ejecutantes.
¿El título del disco es una declaración de principios? Absoluta. El swing, esta música, debe ser un bálsamo ante lo que nos rodea, una actitud. Aún así en algún tema propio como El vecino sin techo o Hard Times de Ray Charles se nos ha colado un cariz mas reflexivo con el momento social actual.
El álbum lo grabasteis en Gismo7 (Motril) con el productor alemán Paul Grau, ¿qué tal la experiencia? Genial. Es un gran tipo. Muy exigente, muy alemán (en el concepto de tener claro su papel y su exigencia hacia la banda). Paul sacó lo mejor de nosotros, nos apretó las clavijas, y en algún momento hubo tensión… ante la disparidad de ópticas. Pero al final se impuso la razón, y su conocimiento en pos de una grabación muy trabajada, a nivel musical y de producción. Piccolíssima tuvo muy en cuenta apuntes y opiniones de Paul, aunque al final, la decisión última era de la banda. Firmamos grandes acuerdos, y la verdad nos reimos mucho con él, eso alivia la tensión.
¿Las canciones la grabasteis casi en directo? La base rítmica, batería, contrabajo y guitarras acústicas sí, incluso la voz, cantando a la vez también. De hecho, se utilizó alguna de esas primeras voces solistas de referencia, como voz definitiva, tenían mucho mas swing, mas garra que las que posteriormente se grababan por separado.
¿Detectáis un mayor interés en el público mayoritario por el género que practicáis, el swing? La gente que ama la música busca veracidad. Nosotros la damos o lo pretendemos, el estilo tal vez no sea lo primordial, aunque en este caso los géneros por los que nos movemos son muy veraces, orgánicos, humanos… nada tecnológicos en su concepto de partida.
¿A qué atribuís este auge del swing? A que la gente busca honestidad, autenticidad, entrega… estos géneros retro como el swing la dan, además son el alma mater de lo que después vino, el rockandroll o el pop.
¿En este álbum ampliáis miras hacia el rythm and blues, el gospel o el rockandroll primitivo de los años 50? Si, porque no solo de swing o música pre años cuarenta vive el hombre. Todos en el banda tenemos nuestros gustos, unos mas añejos otros más contemporáneos, pero a la hora de coordinar y dirigir el camino sabemos cual es la dirección, la de las raíces, y nuestro árbol tiene muchas afortunadamente…
¿Tenéis fechas de presentación previstas para primavera y verano? En principio hay fechas por Alicante, Madrid, y nuestra Granada, además de por varios festivales nacionales. Esperamos tocar en cualquier sitio que apueste por la música con mayúsculas, y la veracidad de estos cuatro músicos con sus viejos instrumentos conforman Piccolíssima Jug Band.