Ya está aquí el nuevo álbum de Foo Fighters, «Medicine at Midnight».
Una de las características más comentadas de este trabajo fue que, para Dave Grohl, se trataba de «nuestro disco Let’s Dance de David Bowie«. Para hacerlo, se instalaron en una vieja casa abandonada en Encino, California, aunque por un momento el músico pensó que el lugar estaba embrujado, llegando incluso a firmar «un maldito acuerdo de no divulgación con el propietario porque estaba tratando de vender ahí».
Producido por Greg Kurstin (Greta Van Fleet, Paul McCartney, Liam Gallagher, Adele, Beck), la obra sucesora de «Concrete & Gold» (2017) fue anticipada por los singles ‘Shame Shame‘, ‘No Son of Mine’ y ‘Waiting on a War‘.