Haciendo referencia al título de su disco ¿Ha sido muy duro el invierno?
Todos los inviernos son duros pero después de los años he sabido sacarle provecho y tomar apuntes para aprender de él. He aprendido mucho de las cosas duras que me ha tocado vivir a nivel emocional.
En primavera suele florecer todo ¿Se siente un poco así?
Sí, cuando uno lo pasa mal tiende a quejarse, lamerse las heridas y resignarse. Pero pasado un tiempo uno es capaz de aprender y eso es lo mismo que florecer, renace y eso es una maravilla, tener esa capacidad de crecer tras haber quedado helados. La vida son ciclos y uno no se queda helado para siempre.
Junto a Nach presenta una España bastante utópica ¿Por qué nos cuesta tanto mover el culo para luchar?
Supongo que vivimos en una sociedad acomodada, con poca memoria y muy anestesiada por internet, el consumo, los anuncios, los gobiernos, etc… No sé qué más hace falta par que haya una gran revuelta social y que haya un cambio en la sensibilidad general de la gente.
Cruza el charco para llevar sus canciones a Argentina ¿Cómo le acogen por esas tierras?
La verdad es que allí nos acogen increíblemente bien, se llenan los conciertos y, sinceramente, hay pocos públicos tan entregados como el argentino. En general en toda Latinoamérica nos acogen muy bien y viene mucha gente a los conciertos. Internet obra sus milagros a veces.
¿Por qué no paran de salir buenos cantautores de Madrid? ¿Es una ciudad propicia para que te rompan el corazón o hecha a medida para que se noten más las injusticias?
Pues no lo sé…las ciudades grandes como decía Sabina son tan invivibles como insustituibles. En Madrid pasan muchas cosas, la ciudad está muy viva y su gente también y eso de algún modo conmueve y provoca canciones. Hay un gran movimiento de músicos por las salas y eso hace que siempre haya ganas de hacer cosas.