«Ya tengo un nuevo disco acabado y estoy histérico por grabar». Así arranca Loquillo una entrevista que en realidad debería servir para promocionar ‘El Creyente’, el doble álbum grabado en vivo el pasado febrero en Granada ante 7.000 fans y que llega este martes a las tiendas.
Pero es que este barcelonés de 53 años, nacido como José Manuel Sanz, no sabe parar y siempre está pensando en el siguiente proyecto. «En la gente de mi generación hay un punto de inflexión entre los que se quedan en akelarres revivalistas y los que hemos sabido hacer la travesía del desierto y reinventarnos. Esto sólo se hace con trabajo, pero en la música española hay mucho gandul que no trabaja, no investiga, no hace canciones, que hace un disco cada dos años», plantea a Europa Press.
Así, Loquillo no duda en situarse junto a Alaska como «los dos únicos artistas de una generación que ha sabido reinventarse y hacer proyectos cada año». «Cuando he visto que una época se terminaba, he sido el primero en cortar. Si no vives al día, si no estás acostumbrado a trabajar, no lo ves. Y aquí lo que ocurre es que mucha gente vive de lo que fue. Muchos de ellos podrían dar mucha música pero se han quedado ahí», resalta.
Predicando con el ejemplo, el barcelonés anticipa que antes de entrar a grabar ese nuevo disco, incluso hará un «entremés» para airearse y «rebajar la presión», un proyecto «trivial que será divertido y sorprendente». Y todo ello sin dejar de actuar en directo este año por todo el país con su «personaje de rock», incluyendo tres noches consecutivas en La Riviera del 9 al 11 de mayo –«iban a ser dos pero al final son tres», avanza antes del anuncio oficial–.
«Estoy con una banda formada por los mejores músicos del país», subraya, para después apuntar que «hay un diferencial entre ser una estrella y un músico de rock». «Cuando la estrella sale al escenario está en su casa, mientras que el músico interpreta. Cuando salimos al escenario estamos en nuestra casa, es el lugar donde somos más libres, y cuando bajamos es cuando interpretamos», reflexiona.
‘EL CREYENTE’
Volviendo específicamente a su nuevo álbum en vivo, Loquillo explica que el título tiene «miles de lecturas y todas buenas». Se trata de creer «en el rock, en el poder de la música y en que las canciones cambian a las personas». «Porque las canciones cambian a las personas, no las cambia un chef de cocina. Un chef hace un plato que puede ser exquisito pero es efímero y siempre termina tirando de la cadena, con perdón de la expresión», plantea.
«Creyente tiene también que ver con ser tu propio Dios, creer en tu capacidad de trabajo y sacrificio«, destaca, para después afirmar que la ciudad donde se grabó, Granada, es «básica para entender la historia del pop y el rock español».
El álbum incluye además una versión del ‘Spanish Bombs’ de The Clash, «la primera autorizada por los herederos» del grupo a un artista en todo el mundo. Otra «medalla» que Loquillo se cuelga con orgullo y que le lleva a asegurar que este disco es, en definitiva, «un acto de fe».
En ‘El Creyente’ hay también colaboraciones especiales de Dani Nel-lo por un lado, y de Ariel Rot y Leiva por otro. Con estos últimos protagonizó la temporada pasada la gira conjunta ‘Uno de los Nuestros’, que no salió tan bien como habían imaginado en un principio. «La gira fue maltratada y tuvo una estrategia equivocada de la empresa Live Nation, porque no se podían poner las entradas a 40 euros», admite Loquillo.
RITUALES EN DÍAS DE CONCIERTO
Tanto en Granada como en cualquier otro concierto, el cantante barcelonés asegura que antes de salir al escenario se carga de responsabilidad en la soledad de un camerino al que no deja entrar «absolutamente a nadie», pensando en todo el trabajo anterior y en el respeto a su público. «Y cuando se abre la puerta soy el boxeador que va a por el campeonato del mundo y no conozco a nadie«, sentencia.
«Luego ya en el escenario dependo de mi mismo y eso es lo máximo. Es ese momento en el que estás en la cancha de Olimpiakos, tienes el último tiro libre en el último segundo del último partido y hay que meterlo. Esa es la posición que asumo cuando salgo a un escenario», apostilla.
Con esta mentalidad batalladora, no es de extrañar que afirme que él y su banda únicamente ofrecen «conciertos buenos o muy buenos, siempre entre el 8 y el 10». Por eso agrega que cuando siente que están «en el 7» es cuando suele detener la gira y regresar a los recitales en teatros para «volver a recomponer al personaje».
«Al teatro siempre llego por hartazgo del personaje de rock», matiza, para después asegurar que «llegará un momento en que los dos personajes encajen, el de rock y el de teatros». «Estoy muy expectante para cuando eso pase. Sería genial que se fundieran los dos personajes y hubiera un gran disco. Ahora tengo 53 años y creo que esto puede ocurrir sobre los 56. Es un recorrido largo, intenso, divertido y nada aburrido», reflexiona antes de remarcar que el lugar donde se siente más cómodo es el teatro.
Por último y cambiando de tercio, Loquillo indica que la clase política en España «quiere o manipular la cultura o sencillamente enviarla al cuarto trasero». «Esto nos lleva a que España sea menos país y que se imponga la cultura angloamericana, algo que nos va a empobrecer. Pero creo que va a haber un renacimiento cultural en España en breve. Porque ya hemos tocado fondo y ya sólo podemos mejorar. Es como cuando un jugador de baloncesto es un negado y se le dice eso… que sólo puede mejorar», concluye con sorna.