El Festival Internacional de Benicássim ha asegurado, a través de un escueto mensaje colgado en las redes sociales Facebook y Twitter, que el festival seguirá adelante. Asimismo, ha anunciado que este miércoles emitirá un comunicado.
Esta reacción de la organización del festival se produce después de que este martes se haya apuntado en las redes sociales la posibilidad de que el certamen se suspendiera debido a su situación económica, ya que la empresa organizadora se encuentra actualmente en concurso voluntario de acreedores. El FIB ha sufrido «el retraso» de varios días en el montaje de sus escenarios y, de hecho, una de las empresas que trabaja en la instalación de la parte audiovisual del escenario principal ha confirmado a Europa Press que desde la producción del evento les han pedido que paralicen las labores.
Por su parte, fuentes de la organización han señalado a Europa Press que el montaje de los escenarios «sufre el retraso de tres o cuatro días» sin precisar más detalles ni las causas de este hecho, que ha provocado en la redes sociales inquietud entre los ‘fibers’ sobre la celebración de la cita musical, cuya edición de 2013 está programada entre los días 18 al 21 de julio. Fuentes conocedoras del proceso han apuntado que en los últimos tiempos se han intensificado los contactos para intentar vender el certamen, que el actual propietario, John Vince Power, compró a los hermanos José Luis y Miguel Morán.
El pasado 5 de junio, el FIB ofreció la rueda de prensa de presentación, un acto que contó con Vince Power, que se refirió a la edición de 2013 –cuyo cartel incluye entre otros artistas a Arctic Monkeys, The Killers o Queens of the Stone Age– como «un año difícil» aunque recalcó su deseo de que el festival se desarrollara satisfactoriamente. En esa misma comparecencia, la organización dio a conocer que esperaba recibir unos 33.000 visitantes de media diaria, muchos de ellos británicos, un ‘mercado’ fiel al certamen castellonense. Asimismo, comunicó la desaparición de la programación de las actividades extramusicales como consecuencia de la crisis económica y la situación del propio evento.