El reconocido cineasta David Lynch ha llegado este martes a Madrid, pero no lo ha hecho para presentar ninguna película y tampoco va a subirse a un escenario para interpretar en directo The big dream, su segunda aventura discográfica. Su misión en la capital española es hablar de creatividad y de la meditación trascendental y contar a sus seguidores por qué ésta es una de las mejores vías para alcanzar la felicidad.
La excusa de su visita se llama Rizoma, un festival internacional que une cine, arte y música, que el director clausura con una conferencia que tendrá lugar este martes en el auditorio del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), así como un taller relacionado con la creatividad.
Si uno se detiene en algunos de los mejores largometrajes de Lynch, como ‘Cabeza borradora’, ‘Terciopelo azul’, Una historia verdadera o ‘Carretera perdida‘, que se sumergen en los rincones más inexplorados y oníricos de la mente humana, podría pensar que este director es una persona tenebrosa y poco accesible.
En cambio, en persona resulta ser un tipo agradable y atento que no se asusta ante la invasión de periodistas que no esconden su admiración ante el director americano.
Él es todo lo contrario a lo que cualquier cinéfilo imaginaría, y él mismo lo reconoce. «Dicen que mis películas son oscuras y, sin embargo, aquí estoy hablando de felicidad», ha manifestado este martes durante un encuentro con los medios.
MEDITACIÓN TRASCENDENTAL
Lynch es un artista multidisciplinar, ya que además de director de cine y músico, también se atreve con la pintura, la escultura, fotografía e incluso diseño de muebles, pero también se interesa por la meditación trascendental y el efecto que tiene en su vida artística y personal.
Esta disciplina, nacida en la India de la mano de Maharishi Mahesh Yogi a mediados de los años 50, le empujó a fundar en 2005 la Fundación David Lynch para la Educación Basada en la Conciencia y la Paz Mundial.
«La palabra clave es trascender: ir más allá. Experimentar el nivel eterno de la vida, eso es lo que importa en la mente. Es lo único que consigue que todos los aspectos de la vida mejoren. La negatividad se va», ha indicado Lynch.
En este sentido, ha manifestado que como creador es necesario «entender el sufrimiento, pero no sufrir». «Esa es la clave. Tener felicidad es lo más importante», subraya el creador de la famosa serie ‘Twin Peaks’.
Preguntado acerca de sus próximos proyectos, el director ha confesado que actualmente está trabajando en algo y «las ideas están fluyendo hacia alguna parte». «Estoy feliz con el trabajo que he hecho, pero nadie es perfecto en el mundo y eso nos empuja a seguir creando», admite.
«ALMODÓVAR ES MI AMIGO»
David Lynch, quien confiesa entre bromas que le encantan «las preguntas extrañas», ha sido interrogado acerca de las declaraciones que el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, quien afirmó que «los problemas del cine no tienen solo que ver con las subvenciones, también con la calidad de las películas que se hacen y con su comercialización».
Lynch evita contestar a esta cuestión, que desconoce, y dice: «No sé nada de cine. No sé nada del cine yugoslavo, del alemán o del español. Conozco a Pedro Almodóvar. Es mi amigo».
Sin embargo, sí tiene palabras para criticar el lugar que ocupa el cine entre los dirigentes del país en el que nació, Estados Unidos: «Al Gobierno americano no le importa el cine, solo si da dinero. Es vergonzoso que no se apoye».