Arcade Fire regresa a sus orígenes con “WE”, su sexto disco y el primero en 5 años
Los líderes del grupo, el matrimonio conformado por Win Butler y Régine Chassagne, le dedicaron “el mayor tiempo sin interrupción” que le han dedicado nunca a uno de sus álbumes.
Un paso atrás en la experimentación para volver a concitar la atención del pasado, para mantener viva la llamada a la colectividad que siempre ha caracterizado su formación, su música catalizadora y, ahora, también el título de su último disco. Así es “WE”, lo nuevo de Arcade Fire, que se publicó el pasado viernes.
Todas las críticas coinciden en celebrar el retorno de esta banda de germen canadiense y haitiano a la senda de sus trabajos más celebrados, como “The Suburbs” (2010), galardonado con el Grammy al mejor álbum, especialmente después del previo “Everything Now” (2017), con el que el público y la prensa sintió que se había pasado de frenada en su ánimo de conquista de territorios inexplorados.
Tomado con cautela, pues de momento no despierta los mismos vítores que por ejemplo su debut con “Funeral” (2004), sí se percibe un regocijo general ante siete cortes que, sin perder del todo la ambición, recuperan la sintonía con el oyente o los oyentes habituales de Arcade Fire
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