‘Ainadamar’ del compositor argentino Osvaldo Golijov cerrará esta temporada del Teatro Real con diez funciones, entre los días 8 y 22 de julio, de una nueva y definitiva revisión del espectáculo que contará con la participación de la actriz Nuria Espert, quien recitará nueve poemas de ‘El Diván de Tamarit’, del autor granadino, cuya figura cobra ahora mayor importancia. Así lo ha señalado este martes el director artístico del coliseo madrileño, Gerard Mortier, quien ha destacado la idea y el trabajo del director de escena Peter Sellars, responsable de introducir esos versos en la versión que ahora llega a Madrid respecto a la que ya se realizó para la Ópera de Santa Fe, estrenada en 2005, repuesta varias veces en Estados Unidos y que ha ganado dos premios Grammy en 2007. Sellars ha calificado de «muy especial» este proyecto escénico que cuenta con música de Osvaldo Golijov (1960) y libreto de David Henry Hwang inspirado por la impronta que Federico García Lorca (1898- 1936) dejó en la vida y la carrera dramática de su actriz fetiche y amiga Margarita Xirgu, quien falleció en el exilio en Montevideo en 1969, después de haber llevado la voz y el alma de Lorca a toda América Latina. El pasado mes de enero, cuando Peter Sellars se encontraba en Madrid trabajando en ‘Iolanta/Perséphone’ y profundizando en el universo de Federico García Lorca para la presentación de Ainadamar en el Teatro Real, conoció a Nuria Espert. De ese encuentro surgió la participación de la actriz española en la producción de Madrid. Además estarán en Madrid la mezzosoprano Keelly O’Connor, la soprano Jessica Rivera (que en Madrid encarnará a Margarita Xirgu) y el cantaor Jesús Montoya, intérprete desde el primer momento del falangista Ruiz Alonso, papel que en el Teatro Real será desdoblado por Marco Berriel, quien también participa en la coreografía adicional creada para esta producción. La soprano catalana Nuria Rial debutará el papel de Nuria, personaje que Osvaldo Golijov creó como homenaje a Nuria Espert, cuya interpretación de ‘Yerma’ en Estados Unidos, en los años 80, le provocó una enorme conmoción que fructificaría, años más tarde, en la composición de la ópera. Completan el reparto el bajo Miguel Ángel Zapater (José Tripaldi), el barítono David Rubiera (un maestro), el tenor Ángel Rodríguez (un torero) y Adela López y Cristina Alcaide como voces de la fuente, secundadas por el Coro Intermezzo. Con ellos estará la Orquesta Sinfónica de Madrid dirigida por Alejo Pérez, que en esta ocasión sonará amplificada, como los demás músicos y cantantes de la ópera (y a veces con el sonido recreado en directo a través del sampler), ya que la ópera utiliza lenguajes y medios expresivos actuales, inspirados en la tradición musical de oriente y occidente.
MADRIGALISTA DEL SIGLO XXI
Osvaldo Golijov, argentino de origen judío, se dejó seducir por la vida y obra de García Lorca para la creación de su primera ópera, que basa la dramaturgia en la relación del poeta con su musa, la actriz Margarita Xirgu. La partitura, articulada en «tres imágenes» y con estructura cronológica invertida, evoca tres momentos de la vida de la protagonista, con sus recuerdos y sus vivencias junto al poeta.
«Son tres versiones radicalmente diferentes de un lamento lloroso», ha apuntado Alejo Pérez para quien la partitura de Golijov, a pesar de esa percepción de «sencillez» que arrastra, tiene «la complejidad de los grandes madrigalistas». No en vano le ha calificado de «verdadero madrigalista del siglo XXI» pues hace uso de la música electrónica tanto sobre las voces como los instrumentos de la orquesta e intenta generar «un mundo sonoro enriquecido». El director musical ha precisado además que con esta nueva versión de ‘Ainadamar’ «nos estremecemos con la poesía de Lorca». «Golijov busca la emoción y no la provocación», ha añadido.
LORCA Y EL MUNDO
Por su parte, Peter Sellars ha contado con la colaboración de Robert Castro (especialista en el teatro lorquiano), del pintor Gronk (autor de los murales de la escenografía), de la figurinista Gabriel Berry y del iluminador James F. Ingalls para poner en pie este espectáculo. En este sentido, el director de escena ha afirmado que el poder de Lorca «no pertenece sólo a España sino al mundo entero» y ha aludido a la «cultura del exilio» que emana el poeta granadino, que en su opinión comparten y «se mueve entre todos». Sellars se ha referido al tratamiento de la dimensión política que tiene la historia personal de Federico García Lorca. «Su muerte permanece como un misterio que tiene muchas preguntas» ha señalado recordando que Golijov ha escogido un momento del Montevideo de 1969 en el que Margarita Xirgu desconoce los detalles de la muerte del poeta y debe hacer un ejercicio de introspección e imaginación. Al hilo de esta cuestión ha señalado que la CIA norteamericana tenía en esa época sede en la capital de Uruguay y torturaba a los jóvenes que participaban en el movimiento estudiantil para perfeccionar las técnicas de tortura que aplicarían en Guantánamo. «La historia está enlazada, hay preguntas que cruzan el tiempo y es preciso encontrar la manera de hablar de ellas de forma humana y también intelectual», ha dicho.
«COMUNICACIÓN TOTAL»
Nuria Espert ha recordado lo que Lorca ha supuesto en su vida y su carrera. «No hay autor que haya representado tanto y que me haya abierto tantas puertas en el mundo como él. Ha sido determinante en la persona que quería ser», ha confesado. La actriz considera que el teatro de García Lorca «irradia una comunicación total y toca los corazones» a la par que ha marcado a autores del mundo entero. «Además ‘Ainadamar’ habla de Margarita Xirgu, una leyenda para mí, una mujer con la que comparto muchos paralelismos humanos y de repertorio», ha señalado Espert quien ahora se pondrá en la piel de la mítica artista. «El encuentro entre ella y Lorca, la comunicación, lo que se daban el uno al otro, está en esta ópera», ha añadido. Asimismo, Nuria Espert ha destacado la «emoción onírica, muy sencilla de comprender y bella» que irradia este espectáculo que considera un «regalo» que la vida le concede y que ha hecho posible la «calma y generosidad de Peter Sellars».