Ruidoblanco publicaron hace un par de semanas su último trabajo, un EP de cinco canciones titulado ‘El hombre que habita el mundo’, que este jueves presentarán por todo lo alto en la Sala El Sol de Madrid, y que llega después de un año 2012 cargado de conciertos, tras el cual quisieron ofrecer a sus seguidores algo de material nuevo y urgente para no detenerse en el siempre tedioso proceso de un larga duración.
«Con todo el mundo digital ahora es casi más importante tener buenos temas que buenos discos, y pararse en seco para un álbum era un suicidio en el punto en el que estamos», plantea a Europa Press su vocalista, Salva Codinach, antes de añadir que hacer un EP era lo que más se ajustaba a sus intenciones y a su calendario. «En un mini disco pones cinco temas, pero al que le gustan dos, va a escuchar dos, algo que también pasa con un LP, pero evitando ese largo proceso en el que a veces pierdes el norte», apostilla. En esta línea, Codinach asegura que están «muy animados» ante su concierto de este jueves en El Sol, puesto que ‘El hombre que habita el mundo’ está teniendo «muy buena acogida y la gente tiene ganas de disfrutarlo en directo». Y eso a pesar de que en la capital coinciden en una noche en la que también hay recitales con el tirón de Fuel Fandango o Dorian: «En Madrid siempre pasa eso, hay una oferta terrible».
Siempre intensos en lo musical, no faltan en este EP esas letras sobre «sensaciones y temas cotidianos que le pasan a todo el mundo, pero llevadas a un punto más extremo y súper dramático, llevadas al límite», aunque tal y como apunta el vocalista, han dado «un pasó más en la temática, hablando menos de relaciones personales y más de relaciones humanas a nivel social». «Desde que empezamos a enseñar las primeras canciones a los amigos siempre nos han preguntado que si éramos felices», bromea. Como formación independiente, Ruidoblanco está inmersa en una pelea constante por darse a conocer y llegar al gran público, aunque por ahora sus miembros no se pueden «dedicar a la música al cien por cien», por lo que compaginan su pasión musical con otros «trabajos de lunes a viernes».
A este respecto, Codinach resalta que de un tiempo a esta parte bandas como Love of Lesbian, Vetusta Morla o La Habitación Roja están teniendo «un reconocimiento infinitamente mayor del que tenían», lo que le lleva a afirmar que el público «valora y necesita la música», pero el problema es que «no se logra que se pague y acabe siendo algo rentable para los que hacen los discos, que no son sólo los músicos». Con esta situación, el vocalista afirma que la manera de seguir adelante es tener «la confianza de que vale la pena lo que estás haciendo». «Si viésemos que la respuesta de la gente es mala o nula, diríamos que no tiene sentido. Pero la gente se emociona con lo que hacemos y con nuestras canciones y eso te hace tirar para adelante, porque si ahora se emocinan diez, mañana pueden ser veinte», plantea.