El pasado viernes 10 de enero, Elliott Mintz, portavoz de la familia de Neil Peart, informó que el ex baterista de Rush había perdido la batalla contra el cáncer cerebral que libraba desde hace tres años.
La noticia no pasó desapercibida por toda la escena del rock, ya que Neil fue un enorme referente no solo por el trabajo realizado en Rush. También destaca su estilo único y su calidad como músico que lo volvieron un referente de la música.
Su labor fue tan grande en los discos de Rush que la banda logró trascender y establecerse como uno de los hitos más importantes del rock progresivo. Además, Neil Peart logró consolidar su figura para ser igual de importante que sus compañeros aún estando hasta el fondo de la tarima.
Su estilo era además de agresivo, un baterista potente que expresaba en el escenario una fuerza descomunal y además preciso compás por compás. Su esencia se reflejaba en el escenario con cada matiz y su recuerdo es una agradable experiencia para la música en general.
Además de la batería, Neil Peart colaboraba en la composición lírica de la banda. Mucha de su perspectiva personal era transmitida a través del mensaje de Rush. Tenía una virtud única para comunicar su constante visión sobre la vida, era un anti-sistema en lo social, canciones como «Freewill» lo reflejan.
Eran muy profundas sus colaboraciones para la banda, sin duda una parte vital para el legendario grupo. Disfrutó su última presentación con la banda en 2015 y en 2017 fue ingresado al salón de la fama del Rock and Roll.