08001: «Vivimos tiempos confusos»

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El colectivo dirigido por Julián Urigoitia reduce su alineación y se crece en su tercer álbum de estudio, ‘No Pain No Gain’, que mantiene los aires mestizos de sus anteriores trabajos y se mueve a caballo entre Barcelona y Londres.   Han pasado seis años desde Vorágine (Work in progresS/K Industria, 2007) y más de diez desde el nacimiento de 08001 y su debut con Raval ta joie (Work in progresS/K Industria, 2002).

   Un proyecto ideado por Urigoitia como un colectivo cambiante y heterogéneo por el que a estas alturas, en este No Pain No Gain (Montana, 2013) ya han pasado varias decenas de músicos distintos.   Para este álbum, sin embargo, Julián decidió renovar por completo la banda. O casi, porque él sigue al frente del proyecto y se ha quedado también Carlos López, batería en los dos anteriores trabajos.

   No Pain No Gain es un álbum a caballo entre dos ciudades por el origen de los fichajes de Urigoitia para su composición y ejecución: Ghetto Priest, Amiruddah (Asian Dub Foundation) y Natasha Drum en Londres; Carlos Sarduy (Ojos de Brujo), Kim Fanlo (Nena Daconte) y Nikole Kollars en Barcelona.   «Varias cosas me llevaron al punto de querer renovar la banda, pero quizá una de ellas fue clave: el momento en el que me plantee reducir la formación. Se me hizo muy difícil escoger entre los músicos quién seguía y quién no».

   Por ello decidió «arrancar de nuevo renovando por completo a la banda», explica en una entrevista con www.mainstreamycontracultura.com Julián, que siempre ha tenido claro que cada nuevo disco es una etapa a comenzar y a cerrar, sin acritudes ni nostalgias.

   «Mi idea inicial fue la de montar un proyecto por etapas. Las etapas serían los discos. Un proyecto donde juntar a artistas con la idea de plasmar un momento, una fórmula muy flexible donde no hay una formación clara».   Esto tiene sus ventajas, pues el colectivo «ha perdido en inocencia y ha ganado en madurez», dice su fundador, pero tiene también sus contraprestaciones: «Hay artistas que marcan mucho (el proyecto) y hay gente que puede echarlos de menos».

    Un proceso de reignición, de «coger perspectiva y volver a arrancar» que le ha llevado unos seis años y que ha sido fundamental para el sonido que 08001 ha tomado en No Pain No Gain.   Alejándose de las armonías más étnicas de su segunda trabajo y definiendo, a diferencia del primer disco, con más exactitud el sonido global del álbum el colectivo presente en este disco estructuras pop de golpes rock, en las que coquetean con acordes reggae y matices funk.

   Las atmósferas densas que propician algunas líneas de bajo, como de música negra, le otorgan cierta melancolía a muchos de los temas del álbum. «Quizás sí tiene un aire a cierto sufimiento, pero no es un disco pesimista», alega Julián, que cree que «vivimos tiempos muy confusos» y que estos se han colado en las canciones.

   «Mi manera de interpretar lo que veo es mi vía de escape. Es un pez que se muerde la cola», afirma Urigoitia, que ejerce a modo de director de una banda: «filtrar y coordinar el trabajo tanto de cantantes como de músicos».   «Pero cuando estamos trabajando a la gente se le da espacio, se le deja participar de los procesos. A veces es un trabajo individual y a veces más a nivel colectivo», de ahí que cada miembro del grupo haya dejado su huella en el proyecto.

   Igual que ha dejado su impronta el hecho de haberse llevado parte del trabajo creativo a Londres. Dave Bascomte (Depeche Mode, Tears for Fears) se encargó de la mezcla de un álbum y Julián no oculta que el sonido británico siempre ha sido «una referencia» en su vida.   «Todo el proceso creativo se hizo en Barcelona y seguro que ha influido en el resultado final, porque el entorno influye. La aportación de los cantantes en este disco es lo que a nivel local no podemos encontrar aquí en Barcelona».

   Con un calendario de conciertos previstos en distintas ciudades de España, Julián Urigoitia desconoce cuál será el siguiente salto hacia delante de 08001, pero aprecia enormemente todo lo aprendido por el camino: «Entender lo que es la música y sus reglas. Y no hablo de partituras. Hablo de sentimientos, de vidas, de cómo gestionar un colectivo humano, de cuidar lo importante, la honestidad musical».

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