El 27 de julio de 1983 Madonna Louise Ciccone publicaba su disco de debut homónimo.
El precedente había sido el single Everybody, publicado seis meses antes en el pequeño sello Sire Records y que no llegó a entrar en las listas de ventas, aunque sí en las de baile, logrando que la joven cantante lograra portada en revistas especializadas en música dance. Su novio de entonces, el productor John“Jellybean” Benitez, la ayudó a terminar el disco. El dj y productor aportó muchas novedades tecnológicas del momento, como el Linn LM-2 (The LinnDrum), cuyos ritmos serían tan representativos del sonido de los ochenta en años posteriores. Del álbum se publicaron cinco singles: además del citado Everybody,Burning up, Holiday– primero en llegar al top 10 americano, muy posteriormente también en países europeos-, Lucky star y Borderline. La crítica aplaudió unánimente el disco de Madonna Louise Ciccone, incluso la prensa más beligerante de aquellos momentos como podía ser la española Rock Espezial, que le dio un notable. El apoyo del público fue in crescendo con el transcurso de los meses: top 8 en la lista americana y top 10 en numerosos países como Reino Unido, Francia o Suecia. Fue también disco de oro en España, si bien a rebufo del enorme éxito de Like a Virgin.
Madonna logró algo difícil en aquellos años ochenta, que era conciliar dos enemigos hasta entonces: el pop y la música disco. No sólo era una mujer blanca que interpretaba música de baile con una voz infantil. Además, sus estilismos causaban sensación: la ropa que llevaba en los videoclips eran usadas por diseñadores como Karl Lagerfeld o Christian Lacroix en las pasarelas del mismo año. De ella prácticamente todos esperaban que fuera una más, una ”one hit wonder” que duraría poco, pero al año siguiente, con Like a virgin, demostró lo mucho que estaban equivocados.