Una de las máximas figuras de la canción francesa como lo es Dominique A. Monta un magnífico álbum doble por sus 3 décadas de carrera.
Entre la ciudad de Provins y París existen 87 kilómetros de distancia, lo cual hace que no sea difícil vincular el lugar de nacimiento de Dominique A. con la capital francesa, epicentro de gran parte de la vida cultural gala; es por ello que al escuchar Quelques lumières uno puede acudir a una frase del escritor Patrick Modiano, cuya obra se centra en La ciudad luz: “Hay electricidad en el aire de París en los atardeceres de octubre, a la hora en que va cayendo la noche. Incluso cuando llueve”.
Se trata de un álbum doble –algo que ya casi no se ve- magnífico, porque reúne 28 canciones que repasan la extensa trayectoria de 30 años de una de las máximas figuras de la música francófona de la actualidad…
Y es que el primer disco es interpretado por Orquesta de Cámara de Ginebra, entidad que lo invitó a repasar su repertorio y Dominique A. decidió tirarse a fondo y hacer arreglos que de verdad transformaran las versiones originales (lo que molestó a los más puristas).
En su versión sinfónica temas tan emblemáticos como “Eléor”, “Le courage des oiseaux”, “Twenty Two Bar”, “Au revoir mon amour” e “Immortels” toman distancia de las originales y propician una reinterpretación de su manera de componer y cantar –siempre elegante y llena de porte-.
Mientras que la segunda parte se centra en un trío en el que el músico se cuelga la guitarra y se acompaña de Julien Noël (piano y teclados) y Sébastien Boisseau (en el contrabajo); aquí es donde coloca material inédito y versiones acústicas de otras joyas como “Rendez-nous la lumiére” y “Chanson de la ville silencieuse”.
Quelques lumières es una obra totalmente exquisita que me provoca pensar y repensar París, esa maravilla de urbe de la que el catalán Enrique Vila-Matas ha dicho: “Todo se acaba menos París, que no se acaba nunca, me acompaña siempre, me persigue, significa mi juventud”.